El amor y el pensamiento hacen vibrar el mundo, pues quien piensa y ama vive y genera vida. Esta idea alberga lo mejor y más hermoso de la vida humana, y también lo más genuino de ella: la bondad. Una bondad que, al decir de Josep Maria Esquirol, el autor de este ensayo bellísimo, siempre es penúltima, porque el ser humano es un ser de bondad y en su vida siempre habrá espacio para una bondad siguiente.
El estilo singular del autor va calando serena pero tenazmente, como una fina lluvia, proponiéndonos un revelador itinerario a través de páginas dedicadas a la conmoción, el deseo, la creación, la amistad, la revolución y el agradecimiento
“Se conoce el verde cuando se ve la hierba fresca crecer en los límites de la huerta, entre los surcos, o brotar en los angostos espacios de los márgenes de piedra seca, Van Gogh decía que quería acercarse a la naturaleza pero, igualmente, junto con este acercarse, ir más allà.”