Este artículo versa sobre cuidadores profesionales, pero muchos puntos se pueden aplicar al cuidador “no profesional”
Los cuidadores son piezas de un engranaje de protocolos estandarizados en un entorno ‘máquina’
Al trabajo profesional de cuidar se le atribuye una connotación de desgaste laboral y personal, relacionado con la tarea en sí. Entre los profesionales sanitarios se ha descrito como el síndrome de “burnout”, que conlleva agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal.
Una interpretación de esta tarea, desde una perspectiva romántica del yo, sitúa al cuidador/sanitario en una maraña de sentimientos, pasiones, impulsos y fuerzas que le llevan a darlo todo por el otro en su trabajo. El cuidador romántico se entrega a su tarea sin medida, “como un héroe” por y para el paciente; mezclado con él, dispuesto a sacrificios y movido por valores morales profundos, místicos, de descripción confusa que exudan energía y dotan de un sentido a la acción de cuidar. Aparece así el cuidador quemado, diluido en el oleaje de confusión que se ha creado. Desde el pragmatismo de la visión moderna del yo, la tarea profesional de cuidar se sustenta en la racionalidad y aplicación práctica de avances científicos, implementados en cadena. Continua llegint