Rambla avall

Una mica d’humor sembla que li senti bé a qualsevol… i encara que no es correspongui amb els temps actuals, aquí us passo aquest poema l’autor del qual desconec.

Quina nena mes bonica, quina nena mes formosa!
Quin cos, quina palmera, quin aire de papallona!
Ai nena, vostè m’ha fletxat, vostè m’ha de fer ditxós!
Que bé que aniríem tots dos, així sempre de costat!
Si aquests llavis tan formosos poguessin calmar la meva set?
Ai, begui, begui, pobret que aquí té les Canaletes.
Ja som a les Rambles de les Flors, tot són roses i clavells.
Ja som al Liceu, tot és música celestial.
Ja som a Drassanes… Miri nena o m’estima o em faig soldat!
Miri jove no es cansi, tiris de cap a mar!

Decálogo del Dr. José de Letamendi

Dr. José Letamendi Por su carácter ilustrativo y muy didáctico os paso este decálogo para la salud, del doctor  José de Letamendi  (1828–1897).

 

Dice así:

 

  1. Vida honesta y ordenada
  2. Usar de pocos remedios
  3. Poner todos los medios en no apurarse por nada
  4. La comida moderada
  5. Ejercicio y diversión
  6. Beber con moderación
  7. Salir al campo algún rato
  8. Poco encierro
  9. Mucho trato
  10. Y contínua ocupación.

Como veis, este decálogo carece de contraindicaciones!

Comunicación con el paciente

Con ocasión del pasado dia del alzheimer, he hojeado algunos libros al efecto y deseo destacaros esta idea que me parece perfecta y que estoy convencido que tiene un efecto terapéutico superior a los medicamentos actuales. Dice así:

“La comunicación con los seres queridos va más allá del lenguaje verbal.  Las personas con alzheimer captan el amor que emana de sus seres queridos hasta fases avanzadas de la enfermedad”.

Objetivo: Bienestar del paciente

Tomado de un texto del Dr. José Luis Molinuevo, neurólogo del Hospital Clínico de Barcelona:    “Formamos una unidad con todo lo que nos rodea, el paciente forma una unidad con el cuidador, por lo que el bienestar del paciente pasa por el bienestar del cuidador y viceversa”.

Me parece importante resaltarlo, ¿cuántas veces vemos cuidadoras tan abnegadas en favor de su ser querido que llegan a vaciarse. A esas cuidadoras se les debe insistir en que:  el bienestar del paciente pasa por el bienestar del cuidador.

La soledad y Kafka

Extracto del escrito de J.M. Alimbau en el “Full Dominical” de hoy.

El buen Samaritano

El parque Steglitz de Berlín rezumaba vida en los albores del verano. Un regalo.  A Franz Kafka le absorbía: como una esponja, viajaba con los ojos, arrebataba energías con el alma, perseguía sonrisas entre los árboles. Él también era uno más entre tantos, solitario. Aquel silencio… El llanto fuerte de una adolescente, convulso, repentino, le hizo detenerse. No había nadie. Estaba muy cerca de una muchacha que lloraba de pie, desconsolada, tan angustiada, tan triste, que parecía reunir en su rostro todos los pesares y las congojas del mundo. Kafka miró hacia todos lados. Nadie reparaba en la joven. Pasaban. Estaba sola…Tenían la oportunidad de ser y comportarse como el buen samaritano. Él se quedó sin saber qué hacer, como todos.

Si nos encontramos con alguien que vive solo, que sufre, llora, está angustiado…, hagamos un alto en el camino. Pongámonos a su lado y en silencio acompañémosle y ayudémosle. Repitamos lo que Jesús nos pide al final de la parábola del buen samaritano: “Haz tú lo mismo”  (Lc 10,42).