Ante el anciano todo él tembloroso
Atropellado por el peso de los años,
Tengo ganas de maldecir la vida.
Pero muy a menudo estoy sorprendido
Veo nacer en él tanta esperanza…
Entonces quiero cantar a la vida.
Cuando se derrumba el cariño
Tan pronto como está hecha la casa,
Tengo ganas de maldecir la vida
Pero muy a menudo estoy sorprendido,
Veo tantos lazos restablecidos….
Entonces bendigo a la vida.
Cuando veo paralizado
Un cuerpo de apenas quince años,
Tengo ganas de maldecir la vida.
Pero muy a menudo estoy sorprendido
Veo tantos esfuerzos cerca de él…
Entonces quiero servir a la vida.
Cuando oigo llorar al niño
Ya enfermo y sin padres,
Tengo ganas de maldecir la vida.
Pero muy a menudo estoy sorprendido
Veo tanto amor cerca de él…
Entonces quiero dar mi vida.
Marcel Perrier