Cementerios de BCN me ha comunicado el traslado urgente de los restos de mis familiares, debido a un movimiento de tierras que obliga a derrumbar varios columbarios. Presenciarlo, me ha removido muchos “posos” que estaban como dormidos.
Me ha aliviado releer este texto extraído de libro: “LA MADRE (la tuya y la mía)” de J.M. Alimbau:
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¡Gracias, madre! Tú pusiste en marcha y diste cuerda y movimiento al motor-reloj de mi corazón, de mi vida y esperanzas.
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¡Gracias, madre! Tú entrelazaste mis venas entre vigilias y sueños; y que me ofreciste tu sangre, tu genética, tu vida.
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¡Gracias, madre! Tú me diste un cerebro, asiento de las funciones esenciales motoras y espirituales.
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¡Gracias, madre! Tú me diste dos ojos por luceros, para contemplar tu sonrisa, para que así yo aprendiera a sonreirte.
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Me diste dos oídos para escuchar tu bendita voz de madre; y dos mejillas para recibir tus caricias, tus besos de madre.
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¡Gracias, madre, por haberme dado dos manos y dos brazos para poder refugiarme, agarrarme a tu cuello seguro y esbelto, y por formar mis dos pies para poder seguir tus pasos.
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¡Gracias, madre por tu gran generosidad, por la inmensidad de tu amor y por tu incomparable ternura!
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¡Si, gracias, madre, por haberme dado tanto!
Todas las madres se merecen las gracias por tantas cosas……….
Seguro que la echas mucho en falta cuando ya no está.
Así es. En algún momento, ella se ausenta de tu vida pero, gracias a Dios, sigue reinando en tu corazón. Lo penoso es que ya no puedes descargar todo tu cariño y agradecimiento hacia ella, por eso hay que demostrárselo palpáblemente en vida.
A veces nos olvidamos de demostrar cariño a los que tenemos más cerca, porque los tenemos!