Es una película excepcional desde el principio hasta el final. Real como la vida misma, muy dura como verídica, cada personaje tiene su historia y cruda.
Unos paisajes bonitos. Es que, a decir verdad, el País Vasco es precioso, pero también tienen problemas, lo mismo que aquí en Cataluña.
Yo voy a unas reuniones de “La colla cuidadora”, somos un grupo bastante parecido a los cuidadores de la película.
Nadie sabe lo que es sufrir, que te sientes indefensa, no puedes hacer lo que quieras, sólo esperar y pedir a Dios que se lleve a la persona enferma antes que a ti porque si no, piensas: ¿Quién le cuidará? ¿Qué será de él? Es una incertidumbre que no te quitas de encima. .. ¿Se dará cuenta que falto?…. ¿Qué hará?
Yo personalmente pasé por estas experiencias durante ocho años. Ahora me pasa con mis cuñados: él ha tenido un ictus y ella tiene Alzhéimer. Están en Mallorca, pero sufro sólo de pensar que no uno puede cuidar del otro y viceversa…. Es un buen panorama….
Volviendo a la película. Los directores tendrían que hacer más a menudo este tipo de películas que son reales, enseñan, te reconfortan y de dan esperanza.