Mi madre, que el pasado mes de abril cumplió los 104 años de edad, tiene como todas las personas mayores épocas más vitales y otras menos. Después de cinco años de caminar sólo a pie llano y distancias cortísimas como es propio de la edad, este verano nos ha sorprendido cuando paseando por el jardín de la residencia Refugi d’Obreres donde esta desde hace dos años y en la cual parece que se encuentra muy bien aunque ella no sabe expresarlo, por todos los cuidados y estímulos cognitivos que reciben todas las residentes. Pues tal como decía, descubrió las escaleras y después de pararse delante de ellas observándolas decidió probar si las podía subir, como se ve en la fotografía sólo son tres peldaños. Como la “hazaña” tuvo éxito, en los días sucesivos probó con cinco peldaños y lo más gracioso es que cuando llega al final de los peldaños nos mira y se pone a sonreír toda satisfecha.
Su lema en la vida siempre ha sido prefiero moverme a que me muevan y por lo que parece va a seguir así mientras viva, en ella queda demostrado el refrán que dice “genio y figura hasta la sepultura”.
Rosa Salvador un ejemplo de energía y vida.
Todo un ejemplo!
¡Qué envidia poder compartir su vida tantos años!. ¡Disfruta al máximo estos momentos de alegría!.