Después de su muerte

Me encontraba bastante deprimida y, gracias a los consejos de la asistente social de mi madre, pude participar en reuniones con un grupo de cuidadores y, últimamente, participo en otro.Rosa
Me ha ayudado mucho, además del trabajo de los profesionales, el contacto con otras personas con problemas parecidos, las que me han dado buenos consejos como: ¿cómo aprender a relajarme?, indicaciones de que me pusiera una coraza y, lo último que he aprendido, “saltar la rotonda” para “no caer en el pozo”.
Mi madre tenía una salud excelente, no tomaba ningún medicamento y las analíticas le salían bien.
Vivió hasta los 97 años y el final fue bastante rápido ya que no sufrió demasiado.
Tenía mucho carácter. Era muy activa, trabajadora y limpia.
Quería estar en su casa y no quería a nadie más que a mí. Se quedó viuda a los 82 años y, dos años después, yo dejé de trabajar para cuidarla.
Últimamente se me hizo un poco duro ya que se quejaba por todo y nada le parecía bien.
Me sentía mal ya que creía que lo que yo hacía era más por obligación que por devoción, más cuando falleció comprendí que era por devoción.
Mi tálamo ha sido: la familia, el grupo de profesionales y cuidadores, la música y las plantas.
Rosa

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Quant a Rosa D

Nací durante la guerra, pasé una infáncia difícil con privaciones, después encontre un buen trabajo, me case tuve cuatro hijos y tengo dos nietos. He sido cuidadora durante 15 años y doy gracias a Dios por darme bastante salud.

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