Nuestro admirado escritor J.M. Alimbau ha escrito recientemente sobre este tema:
-
Nos creemos los más agraciados, aunque seamos unos perfectos “egoístas”, cargados de “amor propio” que nos hace infelices y perjudica a quienes están a nuestro lado.
-
El profesor de psicología y de pediatría de la Universidad de Barcelona, P. Bertrán Quera, con referencia a los matrimonios que se rompen por culpa del “yo”, del “amor propio”, del “orgullo herido”, decía:
“¿Cómo conseguir amor?. El amor no se ha de conseguir. Lo tienes ya. Lo importante es vivir lo que tienes. Y no perderlo.” -
Siempre se ha recomendado a las parejas de casados que para pulir aristas y mejorarse, de vez en cuando se sentaran lejos del hogar y hablaran de todo aquello que “uno espera y desea del otro”. Un ejemplo: Él dice a ella:
“Tú expones lo que quieras decirme y yo te escucho atentamente, sin interrumpirte. Luego yo hago lo mismo y tú me escuchas. Así ambos intentaremos mejorar nuestras vidas.” -
Hay que evitar encasillarse en nuestro “punto de vista”, recordando sólo lo negativo; el “yo” herido, lastimado. Arrancando el “amor propio” para que no nos dañe -como suele hacerlo-, evitaremos males mayores.