Ayer celebramos una misa en favor del alma de mi hermana. ¡Cómo pasa el tiempo!
La recuerdo tan necesitada de alguien que la quiera, de alguna mano que la condujese. Lo único que yo deseaba era volcarme en su favor, ignorarme a mi mismo, y vivir sólo para ella, para que sintiese el calor del amor.
Te sientes a gusto cuando te entregas a los que quieres. Sólo falta experimentarlo. ¡Haced la prueba !
Tienes toda la razón, la experiencia que yo tengo con mi madre de prestarle los cuidados y atenciones que necesita me produce los mismos sentimientos que tu has expresado.